Paulina, mirada avellanada
cómplice, cálida,
encantadora sonrisa
divertida carcajada
cada mañana al amanecer
se peina su larga melena
lisa, negra, alcanza su cadera
un dulce desayuno, cargado de frutas frescas
y a tan sólo unos metros, el mar la espera
las conchas juegan con ella
hoy decide no bañarse
los trombos de agua podrían arrastrarle
peso liviano ante la inmensidad del oleaje
cómplice, cálida,
encantadora sonrisa
divertida carcajada
cada mañana al amanecer
se peina su larga melena
lisa, negra, alcanza su cadera
un dulce desayuno, cargado de frutas frescas
y a tan sólo unos metros, el mar la espera
las conchas juegan con ella
hoy decide no bañarse
los trombos de agua podrían arrastrarle
peso liviano ante la inmensidad del oleaje
se acerca lentamente a a despertar a sus invitados
huéspedes intermitentes con los que jugar a ratos
intercambio de caricias, risas y abrazos
las cámaras forman parte del teatro
¿me das un bombóm?
hoy vamos a celebrar mi cumpleaños,
¿tomamos cafecito? montamos una casita y
rellenamos la piñata , voy a ser doctora,
¿pintamos flores?, ¿cantamos?...
Paulina permanece en la retina de todos...
nosotros apenas sumamos en su bagaje humano.
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